La frecuencia que conecta tu mirada con la mía,
esa es la manera más directa de acariciar el espacio.
Quiero que envenenes mi corazón, detén mi latir,
destroza la fuerza vital de mi ser,
y con un beso devuelve el movimiento a mi sangre.
Con tu cabello color pasión es que quiero quemarme,
ayudándome de una tierna caricia.
Déjame entonces consumir cada átomo de tu piel,
intentaré controlar la explosión celular
que tu proximidad crea en mi.
La ley física perfecta para esta situación es la gravedad,
que actuará entre nosotros, será un baile cósmico,
armonía en movimiento capturada entre luces y
destellos de estrellas.
Viajaré surcando tu cuerpo, sintonizándome con tu respirar,
el color de tus labios atrapan mi atención,
transmíteme tu deseo, pierde el control, sí decides
dejarte ir a la deriva, prometo interceptar tu mente
y transportarte de nuevo a la realidad.
Piensa por un instante que cada rayo de sol que atraviesa
el tiempo y el espacio de tu vida, en este momento
ilumina mi destino, y que la trayectoria nos trajo hasta este
determinado punto.
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